¡Hola! Hoy nos complace enseñaros una de nuestras últimas creaciones. El resultado de unas viejas raquetas convertidas en espejos, y su proceso de restauración.
Éste era su aspecto inicial…
¡Y éste es el resultado final!
El proceso creativo ha sido largo y laborioso, pero al ver el resultado, ha merecido la pena.
Empezamos cortando la red, con un cutter.
Una vez limpias de cuerda, procedimos a decapar la madera para dejarla limpia de pinturas y barnices.
Con decapante y estropajo de aluminio eliminamos la pintura roja, y el barniz.
Hasta que dejamos las raquetas limpias y pulidas.
Posteriormente, procedimos a encolar unas piezas sueltas que había en el mango, Para ello usamos cola, cabos limpios humedecidos con agua, una espátula y unos sargentos.
Una vez seca la pieza, rellenamos los huecos restantes para dejar un mango liso.
Y después procedimos a lijarlo para dejar la superficie lisa.
Con unas plantillas de de la luz de la raqueta, hicimos las traseras en chapa de madera.
Y las pulimos para dejar los cantos redondeados.
Y así poder proceder al encolado de las piezas.
Una vez unidas las piezas, les dimos una mano de pintura para decorarlas a nuestro gusto.
Y ya para finalizar, les dimos una capa de cera para proteger la pintura.
¡Las llevamos al cristalero para que nos preparase los espejos, y listos!
¡Ya tenemos nuevas raquetas en la recámara para hacer nuevas creaciones!
Doy fé!! Laborioso trabajo…
Han quedat bestials!!