Hoy, después de tres meses trabajando con mucho cariño y dedicación, os mostramos el antes y el después del Secreter de Alexandra y Jordi que hemos restaurado. Y como no, también os mostramos todo el proceso, paso a paso.
Este secreter es un antiguo mueble de Alexandra, que tiene desde que es muy pequeña, al que le tiene un cariño muy especial, pero con una inminente mudanza, quería darle un aire nuevo para que encajase en su nuevo hogar.
Estos son el ANTES y el DESPUÉS
Para llegar a este punto final, primero de todo, quitamos los pomos, boca-llaves y demás complementos que se pudieran dañar en el proceso, y los guardamos todos juntos para no perder ninguno.
Una vez el mueble ya desnudo, pudimos empezar a decapar la madera, para quitar todo el barniz, tinte y lo que pudiera tener.
Con un papel de lija, acabamos de pulir eliminando cualquier resto de barniz.
La idea principal de todo este proceso era buscar un mueble de madera clara, sin brillos, y con algún punto blanco.
Una vez decapada y lijada la madera, vimos que aún era un poco oscura, de modo que con mucho cuidado de no levantar la chapa con la humedad, procedimos a decolorar la madera.
Para hacerlo usamos agua oxigenada y amoniaco.
SOBRETODO, si hacéis esto en vuestras casas, mucho cuidado con esta mezcla ya que es altamente inflamable, incluso diluida con agua. Lo aviso para que no tiréis el resto a la basura, ni a ningún sitio que pueda prender. Se tiene que tirar en un lavadero, diluyéndolo poco a poco con mucha agua, y limpiar muy bien los pinceles, ya que puede prender por sí solo.
Después procedimos a encolar las partes de chapa que ya por la decoloración, o por el tiempo del mueble, estaban levantadas.
Colocamos la cola debajo de las partes levantadas, y con una plancha (protegiendo la madera con un plástico y un papel de periódico) calentamos la zona poco a poco. Finalmente con la punta del martillo acabamos de prensar para que secase la cola.
Y lo prensamos durante un día.
Una vez finalizado este proceso, empezamos a tapar los agujeros que tenía el mueble.
Preparando una mezcla con Araldit y colorante para crear una pasta del tomo más parecido posible de la madera.
Una vez la pasta lista, cubrimos completamente los agujeros. Dejamos secar, y después procedimos a lijar todo el sobrante para tapar únicamente la parte necesaria.
La base estaba llena de agujeros de carcoma (que previamente desinfectamos). Todos estos agujeros, uno por uno, los fuimos cerrando hasta dejar una base completamente lisa.
A continuación, procedimos a pintar el Araldit seco, para que una vez barnizada la madera (este proceso hace que la madera suba un poco el tono) se igualen ambos colores.
Por otro lado, nos encontramos que el mueble estaba hecho de dos tipos de madera distinta; una maciza de tono muy clarito, y otra de raíz, de un tono un poco más oscuro. Al verse mucho la diferencia de tonalidades, decidimos teñir muy sutilmente la madera clarita maciza para igualar ambas y unificarlas.
Por otro lado, decidimos dar el punto de color a los cajones, poniendo primeramente selladora, y después tres capas de pintura de color blanco roto.
Ya casi para terminar, barnizamos todo el mueble, tanto cajones como estructura, con un barniz transparente. De este modo no modificamos mucho el tono de la madera, y al mismo tiempo el mueble queda protegido.
Como último retoque a la madera, una capa de cera siempre da un muy buen acabado tanto visual como a modo de protección. Para que no nos diera brillo al mueble, la diluimos un poco.
Y ya para acabar, volvimos a colocar las boca-llaves, que teñimos de dorado, y colocamos unos nuevos pomos.
¡Y mueble finalizado!
Esperamos que os haya gustado y hayáis disfrutado del proceso.
A continuación el mueble en su hábitat final.
Queremos agradecer a Pepa, del taller Atelier Calaf, por toda su ayuda en todo el proceso, por sus consejos y por su amplia sabiduría.